Guerrilla gramatical

Caligrafia

Caligramáticas

Hace unos días uno de nuestros solventes recursos gramáticos, la Fundeu, recogía una alerta que provenía de los históricos Cuadernos Rubio. Para los desmemoriados mencionar que éstos fueron un método de caligrafía y ortografía que sirvió de instrucción gramatical a unas cuantas generaciones, desde 1956.

Lo paradójico es que un referente en la inveterada caligrafía advierta de lo mal que se escribe en las redes e internet. Nos ha hecho pensar.

Recordarán el revuelo de hace un par de años. El modélico sistema educativo finés quiso desterrar la caligrafía de las aulas. Aunque luego tuviera que puntualizar. Entre otras cosas arrebatar un lápiz a un niño es penalizar su psicomotricidad fina. Alguien comentó que: “Consagrar la escritura a un teclado y a dispositivos digitales es impedir que un niño pueda dibujar en la arena”. Algunos apuntarán que pintar sobre una tableta digitalizadora es lo mismo.

Hay quien en el foco de la polémica se mostró categórico, como Enrique Dans: “…en la educación, junto con la caligrafía, deberían caer muchas cosas más. El uso del papel, por ejemplo, debería reducirse hasta convertirlo en algo residual. Los libros, como ya he expresado en otras ocasiones, deberían ser sustituidos por la red, por repositorios de conocimiento interconectados y por la enseñanza del razonamiento crítico que permite cualificar fuentes de información, porque no se puede enseñar a los niños que el conocimiento está en un soporte cerrado entre dos tapas de cartón. Las metodologías que desarrollan el trabajo en grupo y las habilidades de presentación y expresión deberían sustituir al ejercicio indiscriminado de la memorística. Y como eso, muchas cosas más. La enseñanza a los niños no tiene que partir de lo que aprendíamos nosotros cuando teníamos su edad, sencillamente porque nosotros vivimos en otro contexto, y es absurdo educar a los niños para vivir en el contexto histórico en el que vivieron sus padres —o incluso, sus abuelos—. Todo lo que sea perpetuar metodologías ’porque siempre se hicieron así’ debería ser desterrado, para dar lugar a instituciones educativas que de verdad preparen a los niños para la vida en el contexto histórico, cultural y tecnológico que les ha tocado vivir. Lo demás es puro inmovilismo.”

La polémica estaba servida. A bookolia Editorial se nos antoja complicado reproducir un caligrama de Apollinaire, por ejemplo, en imprenta. Hay que reproducir su imagen. Es con seguridad nuestra escritura y los signos que somos capaces de personalizar de puño y letra parte de nuestra seña de identidad. No son signos impersonales y reproducibles pero sin personalidad.

Investiguen en la riqueza de los caligramas. No solo Apollinaire. En caligrafía árabe o algunas lenguas escritas asiáticas. Puro deleite visual.

Acérquense al planteamiento de Jacques Derrida y su gramatología. La concepción misma del mundo varía sensiblemente según se emplee, por ejemplo, una escritura logocéntrica, ideogramática, caligramática. De hecho, Derrida planteaba la posibilidad de socavar nuestra cultura a partir de nuevas fórmulas de escritura. Me temo que esta revolución que planteaba estaba lejos de una tablet.

No es lo mismo, así lo entendemos nosotros, un buen caligrama que un Ascii Art. De modo que tomen papel y lápiz. Con buena letra y legible.